Como cualquier actividad que provoca
placer a los sentidos, el sexo también puede provocar adicción.
El alcohol, el cigarrillo, las
drogas, los juegos de azar, cuya existencia se fundamenta en la
estimulación intensiva de los sentidos, son altamente adictivos.
Pues el sexo, no queda fuera del listado. ¿Cómo identificar
a un sex-adicto?
Los estímulos externos que
provienen de la práctica sexual son altamente placenteros,
y si una persona está predispuesta a someter su vida a fin
de obtener esa estimulación, es un adicto en potencia, cuyas
características más sobresalientes son:
• Le resulta imposible refrenar
su impulso sexual. Cualquier hora y lugar es el indicado para obtener
placer.
• Dedica varias horas al día, y en más de una
oportunidad diaria, a la masturbación y la estimulación
erótica.
• Incursiona en relaciones de infidelidad constantes, prostitución
o sexo cibernético.
• Realiza frecuentes llamados a líneas telefónicas
eróticas.
• Puede mantener sexo con personas desconocidas.
• Destina gran cantidad de dinero al consumo de pornografía
en cualquiera de sus formas.
• Se molesta si su pareja no accede a complacerle sexualmente
cada vez que éste lo requiere.
Estos y otros síntomas definen
de manera inconfundible a un adicto sexual. Es normal cierta inclinación
hacia estas prácticas durante la adolescencia, debido a la
revolución hormonal que atraviesa un adolescente. Sin embargo
cuando estos hábitos se extienden a la edad adulta, requieren
la intervención de un profesional psicólogo que ayude
a identificar las causas de esta patología y recomiende las
acciones más propicias para poder controlarla.
También son muy útiles
los grupos de autoayuda que funcionan en la mayoría de los
hospitales públicos.